Adios a un gran cientifico y amigo

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Javier Gorosabel fue un astrofísico de primer orden, apasionado de la astronomía desde pequeño, estudió primero en la UPV/EHU en Leioa, siguió sus estudios de Física en la Universidad Complutense y terminó defendiendo su tesis en la Universidad de Valencia. La casualidad de una llamada de teléfono hizo que se dedicara de por vida al estudio de los "Gamma Ray Bursts" (GRB, explosiones de rayos gamma), en lo que él contaría que fue un amor a primera vista. Pero además de esa carrera científica reconocida internacionalmente, era un excelente profesor y divulgador que dejó huella entre su alumnado, las personas que acudían a sus conferencias, así como entre los astrónomos amateurs que tuvimos el privilegio de disfrutar de su compañía durante las noches de observación.

Javier, siempre recordaremos cada vez que viniste al observatorio, desde la primera hasta la última vez que estuviste aquí. Ese último día terminaste tu conferencia diciendo que somos polvo de estrellas, y hoy esa frase cobra más sentido que nunca.

El llanto y la risa se nos mezclan entre la pena porque ya no estás y la alegría de tu recuerdo. Te nos has ido, puñetero, sin que podamos devolverte tantos cables que nos echaste, sin que podamos compartir más veces contigo tantas observaciones remotas al 1.23, los avisos de GRBs que para nosotros eran una aventura, tus explicaciones sesudas de astrofísica que nos hacían digeribles las claves de tus últimos trabajos, tus clases de IRAF y tus conversaciones de sobremesa que no podían terminar si no con una lluvia de carcajadas.

Nos dejas con el recuerdo de tu imborrable sonrisa, tu pasión por la ciencia, tu generosidad, compañerismo y tu corazón de dimensiones astronómicas. La próxima vez que miremos al cielo desde Guirguillano observaremos una estrella más.

Te echaremos mucho de menos Goro.

Tus amigos del Observatorio Astronómico de Guirguillano.